02 de Febrero, 2023
Sin lugar a dudas, el sueño y el acto de dormir son indispensables tanto para la supervivencia como para la vida y salud física y mental de las personas. Además, y por evidente que parezca, dormir bien es una de las reglas de oro para afrontar con éxito la jornada laboral cotidiana.1
El sueño insuficiente, de mala calidad y con poca profundidad tiene efectos adversos sobre el conocimiento y el comportamiento, con disminución en el nivel de alerta y aparición de somnolencia diurna; el estado de ánimo también se ve afectado y se incrementan los fallos de atención, con los riesgos que esto conlleva.2
Durante la jornada diaria, la calidad de sueño deteriorada se relaciona con una merma en el nivel de concentración, lo que da lugar a una disminución del rendimiento laboral y a un incremento de la accidentabilidad y el absentismo.3
Para conseguir una calidad de sueño adecuada es necesario cumplir con una serie de factores que ayuden a conciliarlo de manera eficaz. Además de la importancia del ciclo luz-oscuridad, otros elementos como la actividad física diurna, el tipo de alimentación y su horario de ingesta, hábitos sociales y de trabajo, siestas e incluso la temperatura ambiente, influyen de manera directa en la cantidad y la calidad de sueño.2
Trastornos del sueño
Los trastornos del sueño tienen un fuerte impacto en nuestra sociedad actual, por su gran repercusión en el ámbito sanitario, social y laboral.3
Datos recabados por un estudio realizado en 2016, indican que entre 20% y 30% de la población presenta algún trastorno del sueño diagnosticado, siendo el insomnio el más prevalente.3
Estos trastornos comprenden alteraciones tanto en la conciliación como en el mantenimiento del sueño o comportamientos extraños durante el mismo.1
Es importante para el personal laboral, social o sanitario reconocer los síntomas como algo relacionado con las condiciones de trabajo de las personas y hacerlo precozmente, ya que de ello depende el correcto abordaje del problema.2
Estrategias para mejorar la calidad del sueño1
- Mantener un horario constante para acostarse y levantarse.
- Establecer rutinas personales que induzcan al sueño.
- Acostarse en las mejores condiciones físicas posibles.
- Realizar actividad física moderada, preferentemente por la mañana, o si no es posible, al menos entre dos y tres horas antes de la hora de acostarse.
- Ingerir alimentos al menos dos horas antes de dormir.
- Evitar café, té, tabaco y bebidas alcohólicas o gaseosas antes de la hora de dormir.
- Tomar un baño relajante antes de dormir.
- Utilizar ropa cómoda, suave y holgada para dormir.
Consulte a su médico
GCMA: PP-UNP-MEX-1455