23 de Junio, 2023
Los trastornos hipertensivos (hipertensión) durante el embarazo son problemas muy frecuentes que llegan a complicar entre 10% y 15% de los embarazos, además de representar la primera causa de muerte materna en países desarrollados, y la tercera en países en vías de desarrollo, lo cual representa un grave problema de salud pública.1
La hipertensión en el embarazo no solo produce daño materno y fetal, sino que también puede suponer el inicio de alteraciones vasculares y metabólicas futuras.1 Cabe mencionar que esta enfermedad requiere de un control minucioso durante todo el embarazo.2
En ocasiones la hipertensión arterial puede estar presente desde antes del embarazo; a esto se le llama hipertensión crónica, a diferencia de la hipertensión gestacional que se hace presente hacia las 20 semanas de embarazo.2
La preeclampsia, por su parte, ocurre cuando aparece hipertensión después de las 20 semanas de embarazo y se asocia con daño en otros órganos, como los riñones, el hígado, la sangre o el cerebro.2
Varios estudios indican que la incidencia de la preeclampsia en el mundo se encuentra entre 2% y 8%, mientras que la hipertensión crónica se ubica entre 1% y 5%.1
¿Qué riesgos existen cuando una mujer embarazada tiene hipertensión arterial?
Entre las repercusiones más frecuentes están aquellas que afectan la circulación sanguínea entre la madre y el bebé, afecciones directas sobre la placenta, retraso en el crecimiento del bebé, lesión de diversos órganos e incluso pueden provocar un parto prematuro.2
También hay un riesgo hasta 10 veces mayor de que se sufra una enfermedad renal terminal a largo plazo. Además, las mujeres con historia previa de preeclampsia/eclampsia tienen el doble de riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares, así como mayor frecuencia de arritmias y hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca.1
¿Qué se puede hacer para prevenir complicaciones en caso de presentar hipertensión en el embarazo?
Lo más importante es acudir a las citas médicas de valoración prenatal, así como mantener la actividad física, optar por planes alimenticios saludables y seguir las indicaciones del médico tratante; aquí un especialista de la nutrición puede aportar gran información.2
La lactancia materna es permitida en la mayoría de las mujeres que tienen presión arterial alta, incluso las que toman medicamentos. Por último, evite fumar, tomar alcohol o automedicarse.2
Consulte a su médico.
GCMA: PP-UNP-MEX-0837