27 de Septiembre, 2023
Funciones de la piel y factores de riesgo
La piel tiene diversas funciones. Por ejemplo, contiene receptores nerviosos que permiten percibir el tacto, el dolor y la presión; ayuda a controlar la temperatura del cuerpo y el equilibrio de líquidos y de electrolitos del cuerpo; y nos protege de nuestro entorno.1
Durante el envejecimiento, los cambios en la piel están entre los más visibles, ya que aparecen signos como las arrugas, la piel flácida y el encanecimiento (cubrirse de canas).1
A medida que envejecemos se incrementa el riesgo de que se produzcan lesiones en la piel. Además, con el tiempo esta se vuelve más delgada, más frágil y pierde un poco la capa de grasa que la protege. También puede perder la capacidad de sentir el tacto, la presión, la vibración, el calor y el frío.1
Por ejemplo, frotar o jalar la piel puede causar desgarros. Los vasos sanguíneos presentes en la piel son frágiles y se pueden romper fácilmente, formándose moretones y acumulaciones de sangre planas (púrpura) y elevadas (hematomas), incluso después de una lesión menor.1
Por otro lado, las arrugas son parte natural del envejecimiento, sin embargo, existen factores que contribuyen a su aparición prematura, como el tabaquismo, los contaminantes y la exposición al sol, ya que suelen ser más prominentes en la piel expuesta como la cara, el cuello, las manos y los antebrazos.2
Además, si bien la genética determina principalmente la estructura y la textura de la piel, la exposición solar es una de las causas principales de la aparición de arrugas, especialmente en personas de piel clara.2
Los pigmentos naturales proporcionan protección contra el daño en la piel inducido por el sol, por lo que las personas de tez clara muestran más cambios en la piel con el envejecimiento que las personas con tez oscura y fuertemente pigmentada.1
7 formas fáciles de prevenir el daño prematuro de la piel
- Proteger la piel del sol. Limitar el tiempo de exposición al sol, especialmente al mediodía, y usar ropa protectora como sombreros de ala ancha, camisas de manga larga y gafas de sol.2
- Usar protector solar todo el año. Elegir un producto para el cuidado de la piel con un factor de protección solar (FPS) de al menos 15, y aplicar cada dos a tres horas.2
- Al seleccionar los productos para el cuidado de la piel, elegir aquellos con un protector solar de amplio espectro, que bloquee tanto los rayos UVA como los UVB.2
- Utilizar hidratantes corporales. La piel seca puede provocar líneas delgadas y arrugas prematuras. La hidratación atrapa el agua en la piel, lo que ayuda a enmascarar las pequeñas líneas y pliegues.2
- Evitar el tabaco. Aunque se haya fumado mucho o durante años, se puede mejorar el tono y la textura de la piel, y prevenir las arrugas dejando de fumar.2
- Seguir una dieta saludable. Existen algunas pruebas de que ciertas vitaminas en la dieta ayudan a proteger la piel. También se recomienda consumir muchas frutas y vegetales.2
- Consumir líquidos suficientes. La deshidratación aumenta el riesgo de tener una lesión en la piel. Asimismo, las deficiencias nutricionales menores pueden ocasionar erupciones, lesiones cutáneas y otros cambios de la piel, incluso si no se tienen otros síntomas.1
Consulte a su médico.
GCMA: PP-UNP-MEX-0926