24 de Noviembre, 2023
Las bacterias son microorganismos unicelulares que prosperan en distintos tipos de ambiente; algunas variedades viven en temperaturas extremas, mientras que otras tienen su hogar en el intestino humano, donde contribuyen a la digestión de los alimentos. Las bacterias suelen ser inofensivas para las personas, pero existen excepciones, como aquellas responsables de infecciones como la tuberculosis y faringitis.1
Los virus, por su parte, son organismos más pequeños que las bacterias y requieren de huéspedes vivos –ya sea humanos, plantas o animales– para reproducirse y sobrevivir. Cuando un virus entra al cuerpo, se apodera de las células para “reprogramarlas” y generar la producción de más virus.1
Los virus son responsables de enfermedades sumamente diversas, que van desde el resfriado común hasta la varicela o el SIDA.1 Por lo regular el sistema inmune innato es suficientemente bueno controlando las infecciones, pero hay ocasiones en las que no se da abasto, principalmente cuando es muy alta la cantidad de virus producidos durante las fases iniciales de la infección.2
Los diferentes tipos de virus se esparcen de una forma muy variada; puede ser por vía aérea cuando respiramos, ingiriéndolos con los alimentos, aquellos que se heredan al nacer, los que se obtienen a través del contacto sexual y los que se trasmiten por picaduras de insectos.2
Una de las principales diferencias entre virus y bacterias es el tipo de medicamento usado para su erradicación: los antibióticos son empleados para matar las bacterias, pero son ineficaces en contra de los virus1, ya que para eso existen los antivirales.
El uso inapropiado de antibióticos ha sido un factor en el desarrollo de enfermedades bacterianas resistentes al tratamiento (resistencia antimicrobiana);1 como resultado, el manejo de las infecciones se hace más difícil cada día, es decir, las personas no responden a un esquema de tratamiento que ha sido establecido por el médico o se requieren más dosis de un medicamento, o bien, es necesario recurrir a la hospitalización, donde la situación se complica más al no existir alternativas disponibles para tratar los padecimientos ocasionados por microorganismos resistentes.3
Los mecanismos de resistencia son cada vez más novedosos y los microorganismos desarrollan nuevas formas de resistir cuando son agredidos, lo que va de la mano con que no hay nuevas moléculas (como los antibióticos) para contrarrestarlos.3
Es de suma importancia comprender la problemática de la resistencia antimicrobiana, la cual pone en riesgo la salud presente y futura de la población; pero también es necesario tomar conciencia de que la solución está en nuestras manos, a través del seguimiento de buenas medidas de higiene y el evitar la automedicación.3
Consulte a su médico.
Código GCMA: PP-ZYV-MEX-0159
