02 de Abril, 2024
Y la importancia de la microbiota en la salud
Han pasado más de 2 años desde que se reportó el primer caso de infección por COVID-19. Lejos se estaba de imaginar que este virus se esparciría por todos los rincones del planeta y que modificaría considerablemente aquello que se conocía como normalidad.1
La diseminación global de COVID-19 ha cobrado la vida de millones de seres humanos, ha generado grandes pérdidas económicas y representado un reto para todos los sistemas de salud mundial. Por si esto fuera poco, un gran porcentaje de las personas recuperadas manifiestan problemas de salud persistentes, incluso varios meses después de haber cursado con la infección por coronavirus.1
COVID-19 ha sido descrita como una enfermedad respiratoria. Las infecciones asintomáticas y las formas leves de esta representan 80% de los casos reportados. Es importante señalar que, además de fiebre y síntomas respiratorios como tos o dolor de garganta, se han documentado manifestaciones gastrointestinales agudas como náuseas, vómito, malestar abdominal y diarrea.1
COVID-19 y su impacto en la microbiota
El tracto gastrointestinal es el órgano inmunológico más grande de los humanos y desempeña un papel fundamental en la lucha contra las infecciones por patógenos. Dentro del intestino de los humanos viven billones de microorganismos (bacterias, hongos, virus y otras formas de vida que se conocen colectivamente como microbioma o microbiota) que regulan la inmunidad del huésped.2
La importancia de la microbiota reside en su participación en múltiples funciones biológicas que ayudan al correcto funcionamiento del organismo. Es tal su influencia en nuestra salud que, cuando su composición y funcionamiento se alteran, se puede asociar a un amplio número de enfermedades.1
Hasta ahora, la evidencia acumulada sugiere que el medio ambiente de la microbiota intestinal está ampliamente alterado en pacientes con COVID-19, y que las distribuciones de la misma están asociadas con respuestas inmunes y presentaciones de enfermedades en COVID-19.2
Los pacientes con COVID-19 tenían una diversidad bacteriana intestinal significativamente reducida. Esta disminución de la diversidad y riqueza de la microbiota intestinal puede contribuir de alguna manera a la expansión de las bacterias oportunistas y tener un impacto a largo plazo en pacientes con COVID-19.2
Es probable que las alteraciones funcionales en el microbioma intestinal de los pacientes con COVID-19 sean el resultado tanto de modificaciones en la composición del microbioma intestinal como de las respuestas inmunes del huésped contra la infección por SARS-CoV-2, que están entrelazadas con la fisiopatología del huésped.2
Algunos factores como el tratamiento y la dieta pueden afectar significativamente la composición del microbioma intestinal. Sin embargo, debido a la naturaleza aguda de la COVID-19, controlar estos factores no parece feasible.2
¿Cómo saber si la microbiota está alterada?
Las manifestaciones clínicas pueden variar de persona a persona, sin embargo, entre las más comunes se encuentran la pérdida del apetito, náuseas o reflujo gástrico, episodios frecuentes de diarrea, distensión abdominal y vómito.1
La buena noticia es que, a pesar de que la COVID-19 puede alterar la microbiota, los investigadores y proveedores de salud cada vez descubren más formas de restaurar la microbiota y terminar con los síntomas desagradables ocasionados por la infección.1
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GCMA: PP-UNP-MEX-1295
